La investigación que se realiza en LANR está enfocada a la neuro-rehabilitación de pacientes con alguna discapacidad motriz de origen neurológico, mediante el uso de aplicaciones interactivas y sensores de posición y movimiento, diseñadas para complementar y enriquecer las terapias de rehabilitación convencional. El objetivo es que los pacientes mejoren los resultados de la rehabilitación al implementar plataformas digitales dentro de un contexto funcional, útil y motivador, de manera que las necesidades de tratamiento del paciente sean cubiertas de manera más eficaz.
En este momento, nuestro programa de rehabilitación está dirigido a pacientes con diagnóstico de Enfermedad Vascular Cerebral de tipo isquémico (EVC-I) en etapa crónica o subaguda, que presenten hemiparesia en la extremidad superior causada por el EVC. Se busca mejorar las expectativas de rehabilitación para que los pacientes restauren y/o minimicen las alteraciones motoras. Con ayuda de la terapia con videojuegos, pretendemos que los pacientes puedan recobrar parte de su independencia y la capacidad para realizar actividades relacionadas con la manipulación de objetos del entorno, en las que la extremidad superior está directamente implicada.
La enfermedad vascular cerebral es la segunda causa de muerte en todo el mundo y la primera causa de discapacidad neurológica. En México, se presenta en 118 personas por cada 100,000 habitantes al año, es decir, cerca de 170 mil infartos cerebrales al año, uno de cada cinco casos fallece y tres de cada cinco queda con secuelas. Así mismo, destaca como la causa más común de incapacidad en adultos y es la quinta causa de muerte en nuestro país.
Un evento vascular cerebral (EVC) ocurre cuando una arteria cerebral se obstruye bruscamente produciendo una interrupción o disminución repentina del flujo sanguíneo hacia el cerebro, de igual manera también puede ser el resultado de la ruptura de un vaso sanguíneo, dando lugar a un derrame. Cuando eso sucede, parte del cerebro no puede obtener la sangre y el oxígeno que necesita, produciendo la muerte de las células cerebrales y desencadenando problemas de origen neurológico.
Hay dos tipos principales de EVC , los cuales son:
Isquémico:
El ataque cerebral isquémico es el tipo más común, es causado por un coágulo sanguíneo que obstruye una arteria o vaso que suministra sangre al cerebro, por lo que, al no recibir flujo sanguíneo las células cerebrales comienzan a morir.
Los coágulos de sangre pueden ocasionar isquemia por dos mecanismos. En el primero, el flujo de sangre de una arteria cerebral se bloquea debido a un coágulo que se forma dentro de la misma, permaneciendo fijo a la pared arterial y aumentado progresivamente de tamaño hasta bloquear el flujo de sangre al cerebro dando lugar a un EVC Trombótico.
En el segundo, el coágulo se origina en un lugar apartado del cerebro, por lo que el coágulo es trasladado a través del flujo sanguíneo hasta llegar a una porción estrecha de una arteria cerebral, tapando el vaso sanguíneo y deteniendo el flujo de sangre, ocasionando un EVC Embólico.
Hemorrágico:
Si la arteria se rompe, se produce una liberación de sangre que invade el tejido cerebral, generando una hemorragia cerebral. En este caso la arteria dañada no aporta el oxígeno necesario, por lo que el cerebro también sufre por la isquemia.
Factores de riesgo
En general, la posibilidad de presentar un accidente cerebro vascular existe en todas las personas, sin embargo, hay ciertas características y factores que incrementan la probabilidad de presentar un EVC.
Por lo tanto, los factores de riesgo asociados a esta enfermedad se pueden dividir en:
Cuando se experimenta un episodio de EVC, viene acompañado por diversos síntomas y dificultades que llegan a presentarse hasta 24 horas antes, por lo que es importante saber identificarlos a tiempo, estos síntomas incluyen:
Como ya se ha mencionado, el EVC es una de las principales causas de secuelas neurológicas discapacitantes en México y el mundo y dependiendo del área cerebral afectada por esta enfermedad son diversas las secuelas que se pueden presentar, entre las que se destacan:
Al integrarse al programa, los pacientes, pasarán por un periodo de validación, el cual consiste en la aplicación de una batería de pruebas, a través de la cual, los especialistas buscan conocer el grado de discapacidad presente y si el paciente es candidato al protocolo, además de obtener información para su posterior seguimiento y análisis de desempeño.
Como primer paso, se requiere de una evaluación sensible y confiable de la actividad funcional de la extremidad superior, por lo cual se administrarán los debidos instrumentos:
Es una herramienta para evaluar la comprensión auditiva. para distinguir entre sujetos normales y afásicos La prueba consiste en llevar a cabo una serie de acciones simples en respuesta a órdenes verbales con un nivel de dificultad creciente. La versión abreviada consta de 36 instrucciones, de menor a mayor complejidad lingüística, agrupadas en 6 partes.
Subescala miembro superior, subescala miembro inferior, subescala equilibrio, subescala sensibilidad y subescala valoración articular. Realiza una valoración de la función motora, del equilibrio, la sensibilidad y estado de las articulaciones de una manera detallada.
Cuantifica la capacidad motora de la extremidad superior (UE) a través de tareas temporizadas y funcionales, se compone de dos mediciones de fuerza y una serie de 15 tareas funcionales que progresan desde movimientos simples en áreas articulares proximales hasta movimientos complejos en áreas articulares distales.
El propósito de esta medida es evaluar la capacidad funcional del brazo y la mano hemipléjicos para realizar tareas que pacientes de accidente cerebrovascular han identificado como importantes. Está diseñado para fomentar la función bilateral.